Mi historia con Tita

Mi historia con Tita

Mi historia con Tita

JUAN ANDRÉS CARDONA RIVERO- SEXTO

Cuando yo era pequeño me cuidaban en la casa de mis tías mientras mis papás trabajaban y yo era muy apegado a una tía que se llamaba Yolanda, ella físicamente era delgada, bajita, activa y muy saludable, también era muy amorosa, juguetona, divertida y siempre fue mi preferida, me decía con mucho amor que era su negrito.

Ella me dio mi primera compota, siempre estaba atenta de mi alimentación y gracias a ella amo tanto el futbol, me llevaba al jardín y me recogía, nuestros días pasaban en medio de juegos y diversión, todo era felicidad, algunas veces cuando yo tenía mucho sueño me ponía llorón y ella con mucha paciencia y algunas veces con desesperación me hacía dormir.

Cuando se iba hacer vueltas al banco siempre me traía algún dulce, cuando llegaba a la casa siempre me sentaba en el balcón en un banco para comérmelo.

Cundo crecí a mi tía le dio una enfermedad en la piel que se llama (Vitíligo), ella se afectó mucho por esta enfermedad, porque la piel de su cara ya era con muchas manchas blancas, ahora mi tía no era tan divertida, ella solo quería estar en casa porque se sentía fea al salir y esto la ponía muy triste

A pesar de esto siguió adelanta y nuestro amor cada vez fue más fuerte, ahora yo ya le decía Tita.

Años después, Tita se empezó a enfermar demasiado y después de muchos exámenes médicos nos dimos cuenta que tenía cáncer de páncreas, una enfermedad muy grave que no tenía cura. Pasaron seis meses y cada ella cada vez se sentía peor, esta enfermedad termino con toda su movilidad, ya no podía comer, ni parase de su cama, verla así fue demasiado triste para mí.

Un día la vi y sentí que ella estaba fuera de este universo, sus ojos eran abiertos, pero no se movían, su boca estaba abierta y no la podía cerrar, este fue el peor día de mi vida porque me di cuenta que ya iba a viajar al cielo.

Al día siguiente a las 5:00 am llamaron a mi mamá para decir que ella ya se había ido al cielo, esto hace solo 12 días y aunque todos los días la extraño doy gracias a Dios porque está en un mejor lugar y no siente dolores.

Tita siempre estará en mi corazón.

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